Como desagravio por no haber actualizado el blog en tanto tiempo, nueva entrada.
Y, por hacer de una vez justicia a la cocina que da título a esta humilde bitácora, hoy toca cocina tailandesa. En concreto, vamos a analizar la cena que preparamos para el día de mi santo el sábado pasado: cordero (o pollo) con hojas de lima Kaffir.
Para empezar, hay que advertir que, como pasa con casi toda la comida asiática, conseguir los ingredientes adecuados, sobre todo si son frescos, es una ardua tarea. Por ello, conviene localizar un local de alimentación asiática (los ubicuos chinos han montado un buen número de ellos en casi todos sitios, y la mayoría son excelentes).
Yo ya tengo localizado el mío: está en Torremolinos, y, para los que viváis por aquí cerca, os pongo a continuación la dirección:
Supermercado Oriental (el nombre no es muy original).
C/ Río Arba, número 4, Torremolinos
Teléfono 952 37 23 85
Bueno, al plato en cuestión.
La gastronomía tailandesa es una de nuestras favoritas. La mezcla de sabores que alcanza es sublime en algunos platos, y aunque es muy especiada, no lo es tanto como otras gastronomías vecinas como la india.
Aunque hay un sinfín de platos, hay tres que son especialmente conocidos: el Tom-Yan-Kung (de algo os suena, ¿no?), el Pad Thai, y los curries de carne, pescado, o verduras. De todos ellos, y alguno más (como hoy) nos dedicaremos.
El plato de hoy no es más que un guiso de carne con algunas de las especies habituales de esta deliciosa cocina, hecho en leche de coco, el caldo de la cocina del sudeste asiático.
Queda mucho mejor con cordero magro que con pollo, puesto que al ser más graso, aporta un extra de cremosidad a la salsa que no es posible conseguir fácilmente con el pollo. No obstante, y para aquellos que no gusten del cordero (como mi querida esposa), siempre es posible hacerlo con ave. Por cierto, queda mucho mejor también con pato que con pollo.
Los ingredientes son los siguientes:
400 ml. de leche de coco enlatada
Unas 7 u 8 hojas de lima kaffir
Pasta o concentrado de Tamarindo
1 cucharada de azúcar moreno
2 guindillas rojas tailandesas
2 dientes de ajo majados
2 tallos de citronella cortados en rodajas
4 chalotas picadas finamente (o dos cebollas dulces)
500 gr. de carne magra de cordero
200 gr. de tomates cherry
gajos de lima para adornar
Arroz aromático tailandés hervido como guarnición
¿Y qué diantres es la lima kaffir, la pasta de Tamarindo, la citronella, etc.? Como es el primer post dedicado a la comida Thai, vamos a hacer un repaso rápido de los ingredientes más exóticos de esta receta:
- hojas de lima kaffir. Las limas kaffir son originarias del sudeste asiático. Es, obviamente, una variedad de lima que crece en arbustos con muchas espinas y que tienen una característica doble hoja muy aromática, que, como vemos en este receta, se usa mucho en la cocina de este región (tailandesa, laosiana, camboyana, etc.). No es posible conseguir las hojas frescas en España (al menos no es fácil), con lo que suelen venderse congeladas en tiendas de alimentación asiática.
Limas kaffir
Hoja de lima kaffir
- Tamarindo. El tamarindo es un árbol tropical que produce unos frutos de color marrón en el interior de cuyas vainas están las semillas, que se utilizan mucho en diversas gastronomías del mundo. En la cocina tailandesa se usa para dar un sabor agridulce a los platos.
Pasta de tamarindo
- Citronella. Es una hierba originaria de Filipinas y con muchas variedades regionales (entre ellas en Tailandia) de intenso sabor y olor a limón. Se vende en muchas preparaciones, pero es difícil conseguirla fresca. Yo uso paquetes de tallos congelados.
Tallos de citronella
- Guindilla o chile rojo tailandés. Conocidos en tailandés como prig kee nu, miden unos tres centímetros de largo y son extremadamente picantes. Irritan la piel y las mucosas con sólo tocarlas después de manipularlos, por lo que es recomendable lavarse bien las manos con jabón después de trastear con ellos. Se suelen abrir y retirar las pepitas, que son el elemento más picante.
Chiles rojos tailandeses
Vamos con la receta.
Picar las chalotas o cebollas, los tallos de citronella en rodajas, majar los ajos, y despepitar, lavar y picar las guindillas.
Poner en un wok caliente un par de cucharadas de aceite de cacahuete o, en su defecto, girasol (ojo, nunca se cocina con aceite de oliva en la cocina oriental, pues ésta cambia demasiado el sabor de los alimentos).
Saltear las chalotas, citronella, hojas de limas, ajo y guindillas durante 3 minutos y agregar una cucharada de pasta de tamarindo y el azúcar moreno.
Mezclar bien y agregar la carne, que habremos salado ligeramente antes.
Saltear bien durante 6 o 7 minutos la carne (hasta que la coja color), procurando que las especies siempre cubran la misma.
Añadir la leche de coco y remover bien. Llevar a ebullición a fuego moderado y después dejar cocer a fuego lento durante unos 20 minutos, de forma que la leche de coco reduzca y quede una salsa lo más cremosa posible.
Agregar los tomates cherry cortados en cuartos y dejar cocer 5 minutos más.
Servir acompañado de arroz aromático hervido y adornar con unos gajos de lima.
Y este es el resultado final:
Y como dirían los tailandeses... ขอให้เจริญอาหาร!
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